El puente de Tacoma se construyó, como aparece al principio de la pelÃcula, en los años 30 del siglo pasado. El 7 de noviembre de 1940 soplaba un viento moderado de unos 68 km·h-1 en una dirección transversal al puente, que no parece demasiado elevada como para causar la destrucción de una estructura de acero y hormigón.
La comisión encargada de averiguar la causa del accidente, presidida por el ingeniero aeronáutico Theodore von Karman, uno de los mayores especialistas en Mecánica de Fluidos, llegó a la conclusión de que el puente debÃa de haber vibrado a una frecuencia de 1 Hz, que coincidÃa con una de las frecuencias propias de vibración de la estructura. Cuando esto ocurre, un mÃnimo esfuerzo provoca grandes amplitudes de oscilación, como ocurre cuando balanceamos a un niño en un columpio: empujando sólo un poco en el momento adecuado, conseguimos que la amplitud pendular sea muy grande. A este fenómeno se le denomina resonancia.
En este curioso experimento se emplea un tubo, con metano, adosado a un altavoz. Se observan los nodos y los vientres de las ondas estacionarias formadas. Los vientres aparecen en aquellos puntos que distan del extremo un número impar de cuartos de longitud de onda y los nodos, en los extremos y en los puntos que distan de un extremo un número entero de semilongitudes de onda. La distancia entre dos nodos o entre dos vientres consecutivos es de media longitud de onda.
El Foro Nuclear es una institución que agrupa a las principales empresas dedicadas a la producción de energÃa nuclear. El siguiente vÃdeo muestra la relación entre la energÃa y el medio natural.
Si tenemos una cuerda sujeta por ambos extremos, como la de una guitarra, y la hacemos vibrar, se forman ondas estacionarias. Aquà podemos ver los tres primeros armónicos.